Tal día como hoy del año 1701, hace 323 años, el Dietari de la Generalitat consignaba la recepción de una misiva oficial rey Felipe V —el primer Borbón hispánico— convocando los estamentos catalanes a Corts. Felipe de Borbón había sido el beneficiario del polémico testamento de Carlos II —el último Habsburgo hispánico. El 15 de noviembre de 1700 se había conocido el contenido de aquel testamento —que la historiografía moderna considera una falsificación— y el mismo día, su abuelo, el rey Luis XIV de Francia (el máximo rival de la monarquía hispánica en la lucha por el liderazgo continental) lo había proclamado rey de las Españas en Versalles.

En aquella misiva se daba instrucciones para convocar a los representantes políticos del país al convento de Sant Francesc de Barcelona. También pedía que el arrendador de los derechos de la Generalitat (el particular que había ganado la subasta y explotaba esta concesión) "no me ponga impedimento no embarasso alguno a las personas que van en mi servicio y seguimiento a la jornada que tengo resuelto hazer a esse ciudad a jurar cortes en las cosas usadas y de servicio, aunque el que las lleve no se haya servido de ellas jurando ser suyas y para su propio uso sinó que se les haga todo buen pasage y cortesia de manera que no reciban molèstia alguna".

El "derecho de entradas y salidas" (lo que pedía que no le aplicaran) era un impuesto que gravaba el valor de las mercancías autóctonas y extranjeras, exportadas o importadas; que era recaudado en las fronteras terrestres y marítimas. Una parte de estos derechos se derivaban al Consulat de Mar, para el mantenimiento de la Casa de la Llotja (el gran centro de negocios de la ciudad) y los consulados de mar barceloneses en el exterior. En aquella misiva oficial, Felipe V exhortaba a las autoridades catalanas a cometer una infracción fiscal contra la misma hacienda catalana, omitiendo el cobro de los tributos que le correspondía liquidar por todos los artículos nuevos que entraban al país con su séquito.