Tal día como hoy del año 1896, hace 122 años, en Manila (Filipinas), el general Camilo García de Polavieja y del Castillo-Negrete, gobernador español de las Filipinas y conocido con el sobrenombre del General cristiano por su religiosidad, ordenaba la ejecución del doctor José Rizal Mercado, médico oftalmólogo de 35 años y principal figura intelectual de los movimientos nacionalistas filipinos. Rizal fue detenido por el aparato militar español en Barcelona. Poco después, fue trasladado a Manila y las autoridades militares españolas lo sometieron a un consejo de guerra acusado de los cargos de rebelión, sedición y conspiración. La condena fue a morir fusilado de espalda al pelotón (tal como se ejecutaba a los considerados traidores).
El doctor Rizal había nacido en Calambá, una pequeña ciudad a 50 kilómetros al sur de Manila, en 1861, en una familia de propietarios agrarios acomodados de procedencia malaya, china y española. Inició sus estudios en Manila y se doctoró en Madrid. Entre medio, sin embargo, hizo su primera estancia en Barcelona (1882) para formarse políticamente. En la capital catalana conoció al que había sido segundo presidente de la Primera República española (1873), el federalista Pi i Margall, y entró en contacto con varios grupos intelectuales y políticos de ideología republicana, federalista y catalanista. Durante aquella etapa, Rizal se alojó sobre todo en la Fonda España, en la calle de Sant Pau, en el distrito barcelonés del Raval.
Las fuentes documentales afirman que Rizal nunca fue independentista. Influido por el catalanismo federalista de la época, su proyecto político proponía superar el estatus colonial filipino para alcanzar la categoría de región autónoma con los mismos derechos que cualquier territorio de la metrópoli. Pensaba que, antes de plantear la independencia, había que formar políticamente al pueblo filipino. Cuando regresó a Filipinas (1892) criticó la sociedad secreta independentista Katipunan y creó la formación política federalista Liga Filipina que, acto seguido, fue ilegalizada por el gobernador colonial español, el general de origen catalán Eulogi Despujol i Dusay.
Según algunas fuentes, las malas relaciones entre Rizal y Despujol tenían su origen en la etapa en que el filipino estuvo en Barcelona. Diez años después se reencontraban en Manila y Despujol no tan solo ilegalizaba el partido de Rizal, sino que lo deportaba a la isla de Mindanao. En el destierro, Rizal fundó varias escuelas, pero fue víctima de una campaña de linchamiento urdida por la administración colonial. Finalmente, para limpiar su nombre, decidió alistarse voluntariamente como capitán médico del ejército español en la guerra de Cuba (1895-1898). Camino de La Habana, volvió a pasar por Barcelona (1896) y, según estas mismas fuentes, se reencontró con Despujol, entonces capitán general de Catalunya, que mandó su detención y traslado a Manila, donde terminaría siendo fusilado.