Tal día como hoy del año 1641, hace 384 años, en Barcelona, delante de las murallas de Santa Madrona y de Sant Antoni se libró la Batalla de Montjuïc, que enfrentó, por una parte, al ejército de la alianza catalanofrancesa, formado por unos 8.000 hombres y dirigido por Francesc de Tamarit (diputado-protector de la Generalitat); Francesc de Cabanes (comandante del cuerpo de Miquelets, la infantería rápida de Catalunya); Henri de Serignan y George Stuart (jefes del ejército francés); y, por la otra, al ejército de la monarquía hispánica, integrado por 24.000 efectivos y liderado por Pedro Fajardo, marqués de Los Vélez. El resultado de la batalla fue claramente favorable a la alianza catalanofrancesa y representó un giro radical en el curso de aquella guerra.
Aquel conflicto se había iniciado con la ocupación hispánica de Catalunya (noviembre, 1640). En este punto es importante destacar que la monarquía hispánica se articulaba como un edificio político de arquitectura confederal y Catalunya tenía una relación bilateral y negociada con el poder central desde la época de Fernando el Católico (finales del siglo XV). Pero el intento de arrasar este sistema confederal, impulsado por Felipe IV y su ministro Olivares (Unión de Armas, 1627) había desembocado en una profunda crisis que se traduciría en el establecimiento de 40.000 Tercios hispánicos en Catalunya, sin autorización de las instituciones catalanas y a cargo de la población catalana (1635-1640) y con el estallido de la Revolución de los Segadores (junio, 1640).
Las instituciones catalanas habían negociado una alianza con Francia (septiembre, 1640) y habían proclamado la independencia (enero, 1641) sin embargo, mientras tanto, el rey hispánico Felipe IV había declarado formalmente la guerra a Catalunya (septiembre, 1640) y había ordenado la invasión del país (noviembre, 1640-enero, 1641). Los ejércitos hispánicos que invadieron Catalunya masacraron las guarniciones militares y la población civil catalanas en Tortosa, L'Hospitalet de l'Infant, Cambrils y Martorell. Solo en Cambrils, y después de asaltar y rendir la plaza, pasaron por el cuchillo a 700 civiles desarmados (hombres, mujeres y niños) que representaban el 70% de la población de la villa.
Según el Dietari de la Generalitat, el 23 de enero de 1641 los hispánicos se presentaban delante de las puertas de Barcelona con el objetivo de masacrar la capital catalana. Los Vélez hizo una exhibición de caballería delante de la muralla de Sant Antoni y los defensores catalanes respondieron con una carga de artillería que mató a casi todos los mandos hispánicos. Acto seguido, la caballería catalanofrancesa atacó el flanco izquierdo del ejército hispánico, provocando una formidable mortandad y la retirada desordenada de la gente de Los Vélez a través de la ladera sur de Montjuïc. La investigación historiográfica estima que los hispánicos habrían tenido unas 7.000 bajas y durante las horas siguientes unas 7.000 deserciones.
En el mando catalanofrancés destacaría la figura del militar inglés George Stuart, barón de Aubingny (un señorío en el valle del río Loira, en Francia) y yerno de Teophilus Howard, tesorero de la "Company of Adventurers and Planters of the City of London for the First Colony of Virginia". La presencia de este militar en aquella batalla es un misterio que algunas investigaciones relacionan con la conexión entre los Howard (muy cercanos a quien, en aquel momento, era el rey Jaime I de Inglaterra) con las estirpes de armadores de origen catalán que habrían participado en la construcción y botadura de la marina Tudor (principios del siglo XVI) y en las primeras empresas inglesas de exploración y colonización de Norteamérica.