Tal día como hoy, hace 93 años, nació en Lleida (Segrià) el científico Joan Oró. Los primeros años los pasó en el barrio de La Bordeta -entonces una pedanía de campesinos- en permanente contacto con la naturaleza y en constante observación de la dinámica del universo. Esta circunstancia le despertó la que sería su auténtica pasión y a la que consagró su existencia: descubrir el origen de la materia y de la vida. Más adelante, primero en Lleida y después en Barcelona daría sus primeros pasos académicos, que culminaría brillantemente en Houston (Estados Unidos) doctorándose en bioquímica.
Oró era hijo de una modesta familia de panaderos que regentaba un pequeño negocio en la calle Anselm Clavé, en el primer Eixample de Lleida. Tanto él como la familia tuvieron que realizar un gran esfuerzo para sufragar su carrera académica. Una circunstancia que lo vinculó para siempre a su gente, a su ciudad y a su país. Su otra pasión: los Oró, Lleida y Catalunya. Fue el primer catalán que trabajó en la NASA, desarrollando importantísimos proyectos relacionados con la exploración del espacio: desde el proyecto Apolo (de la Luna) hasta el programa Viking (de Marte).
Pero Oró nunca olvidó sus raíces. Finalmente, en 1980 pudo cumplir su otro sueño: volver a Catalunya para poner sus conocimientos y su experiencia al servicio del país. Fue nombrado asesor científico de Presidència de la Generalitat. Y desde esta responsabilidad diseñó numerosos proyectos de investigación de fuentes de energías alternativas. La falta de recursos públicos -la infrafinanciación autonómica endémica- impidió su acción de investigación y desarrollo de proyectos. Y decepcionado, retornó a Houston. Murió, sin embargo, en Barcelona en 2004, donde había vuelto al jubilarse.