La noche del 8 de diciembre de 1980, John Lennon, uno de los puntales de los Beatles, fue asesinado por un fan ante su casa en Nueva York, el edificio Dakota. El autor de los disparos fue Mark David Chapman, que había viajado expresamente a la ciudad desde Hawai.
El asesino dio unas explicaciones confusas, y afirmó que estaba enfadado con el estilo de vida de Lennon y por canciones como God o Imagine. Aseguró que se había inspirado para su crimen en el personaje de ficción Holden Caulfield de la novela de J.D. Salinger El vigilante en el campo de centeno. Según la policía, Chapman planteó el asesinato durante meses.
Primero preguntó a Lennon si le podía firmar una copia del album Double Fantasy, aprovechando que el músico salía con Yoko Ono para asistir a una sesión de grabación. Cuando la pareja volvió, el asesino seguía ante el edificio Dakota. Al ver a Lennon le disparó cinco tiros con un revólver del 38. Eran balas de punta vacía. Cuatro de ellas impactaron en el cantante por su parte posterior.
Después de los disparos el asesino se puso a leer el libro de Salinger sin inmutarse hasta que fue detenido.
Lennon fue trasladado al hospital en un coche de policía, pero al llegar ya fue declarado muerto. El cadáver de Lennon fue incinerado en el cementerio de Ferncliff en Hartsdale, en Nueva York, el 12 de diciembre, en medio de una conmoción mundial. Chapman se declaró culpable de haber asesinado a Lennon y fue sentenciado a 20 años de cadena perpetua en una prisión de Nueva York.