Tal día como hoy del año 1500, hace 518 años, el juez Francisco de Bobadilla y Maldonado, enviado por los Reyes Católicos a la colonia La Hispaniola, ordenaba el encarcelamiento y posterior traslado a Castilla de Cristóbal Colón y de sus hermanos Bartolomé y Diego. El juez Bobadilla había llegado a la isla el 23 de agosto de 1500. Al pisar tierra exhibió públicamente una carta manuscrita y firmada por los Reyes Católicos que lo autorizaba a investigar las acusaciones de corrupción que habían sido formuladas por los colonos castellanos contra los Colón y su entorno catalanovalenciano. Después de unas semanas de gran tensión, el 15 de septiembre de 1500 los hermanos Colón aceptaron entrevistarse con Bobadilla, momento que la guarnición militar que desde Castilla había acompañado al juez aprovechó para detenerlos y encarcelarlos en la mazmorra de la fortaleza de Santo Domingo.
Con los Colón en prisión, Bobadilla y Roldán —líder de los colonos castellanos que habían calumniado y difamado la administración de la isla— destituyeron a todos los cargos de la colonia y los sustituyeron por elementos de su partido. Bobadilla se autoproclamó gobernador general de La Hispaniola —cargo que, legítimamente, ejercía Bartolomé Colón— y Roldán fue nombrado alcalde accidental de Santo Domingo, bajo la supervisión de Bobadilla —cargo que ejercía legítimamente el tarraconense Miquel de Ballester. La represión de Bobadilla se extendió rápidamente a las fortalezas del interior de la isla, y los jefes militares que formaban parte del partido colombino también fueron destituidos y sustituidos por la gente de Roldán. Mientras tanto, los Colón fueron engrillados y embarcados a bordo de La Gorda y deportados a Castilla, en una travesía que duró sesenta y cinco días.
La inmensa mayoría de la historiografía actual considera que esos hechos fueron un golpe de Estado promovido por los Reyes Católicos con el propósito de obligar a los Colón a renunciar a los derechos contractuales que preveían las Capitulaciones de Santa Fe (1491).