Tal día como hoy del año 1149, hace 874 años, las huestes de Ramón Berenguer IV, conde independiente de Barcelona; y de Ermegol VI, conde independiente de Urgell; entraban a la ciudad de Larida, que acto seguido sería denominada Lleida, topónimo con el cual ya era conocida en la zona cristiana (condados de Barcelona, Urgell, Ribagorça y reino de Aragón). También el mismo día, las huestes de Ramón Berenguer IV, entraban en las plazas de Afragha y de Miknasa; que, a partir de aquel momento, pasarían a llamarse Fraga y Mequinensa, respectivamente, por la misma razón que se había producido el cambio de topónimo en Lleida.

Con la conquista de estas tres importantes y estratégicas plazas, el condado independiente de Barcelona se aseguraba su dominio sobre el valle bajo del Ebro (el año anterior había conquistado Tortosa y su región), y cortaba la progresión territorial de Aragón hacia el mar siguiendo el curso del río. Esta maniobra tendría una gran importancia, porque en la futura unión dinástica entre Barcelona y Aragón; que, después de trece años de negociaciones, se materializaría pocos meses después (Lleida; agosto, 1150); el Principado de Catalunya ostentaría el monopolio de la proyección marítima que convertiría aquel conglomerado en la primera potencia militar y económica del Mediterráneo.

Acto seguido a la conquista, el nuevo poder expulsó la mayoría de la población musulmana, aunque eran de origen étnico autóctono (hispano-romanos-visigodos islamizados y arabizados durante la dominación musulmana, siglos VIII a XII). Quedó un pequeño contingente de población, numéricamente muy reducido, tanto en estas tres plazas como en pequeños pueblos de las orillas del Segre y del Cinca; pero ni conservaban la lengua románica ni la confesión cristiana anteriores a la invasión árabe del territorio (717-718). La comunidad mozárabe de Larida (cristianos bajo dominación musulmana) había desaparecido durante el siglo XI, con el estado de terror impuesto por los almorávides y los almohades.

Lleida, Fraga y Mequinensa fueron repobladas con gente procedente de los condados de Barcelona y de Urgell (los dominios de los dos principales promotores de aquella empresa militar), y de Ribagorça (por los barones feudales que formaban parte de aquella hueste y que se beneficiaron de aquel reparto). También participaron, en grado más bajo, colonos aragoneses, por la condición de Hombre Principal de Aragón que ostentaba Ramón Berenguer IV; y que, en Lleida, fueron emplazados en extramuros, en un paraje rústico que sería denominado "Paretines" (actual barrio de Pardinyes). Fraga y Mequinensa han formado parte del Principado de Catalunya en varias etapas de la historia.