Tal día como hoy del año 1931, hace 92 años, se hacían públicos los resultados de las elecciones municipales del día 12. Aquellos resultados daban la victoria, claramente, a los partidos republicanos, tanto a los catalanes como a los españoles, que habían planteado aquellos comicios como un plebiscito a la monarquía. En Catalunya, ganó la plataforma Esquerra Republicana de Catalunya; formada por los partidos independentistas Estat Català (de Francesc Macià) y Grup d'Opinió de Barcelona (de Joan Lluhí i Vallescà); y por los partidos federalistas Partit Republicà Català (de Lluís Companys) y Joventut Republicana de Lleida (de Humbert Torres).
En la sede de Esquerra Republicana (en el casal de Sants) tuvieron noticias de los resultados hacia las 13:00 horas. Aquellas noticias decían que la plataforma de Macià y Companys, fundada solo unas semanas antes, había conseguido 25 de los 50 concejales en el consistorio de Barcelona y, también, había ganado ampliamente en las principales ciudades del país (en Reus, en Lleida, en Girona, y sus aliados en Tarragona, en Manresa, y en Vic). En aquel momento, Macià y Companys, líderes de la plataforma ganadora, cogieron un vehículo y se dirigieron hasta la plaza Sant Jaume. Cuando llegaron, la plaza y las calles adyacentes ya eran un hormiguero de gente.
En aquel momento se escenificaron las dos almas de la plataforma Esquerra Republicana. Companys saltó con el vehículo casi en marcha, y se dirigió a paso rápido hacia la Casa Consistorial. Nadie le cerró el paso, ni siquiera Antoni Martínez Domingo, alcalde accidental, miembro de la Liga Regionalista pero nombrado a dedo por la autoridad gubernativa del régimen dictatorial de Primo de Rivera-Berenguer (1923-1930/31). Al cabo de pocos minutos ya estaba en el balcón del edificio izando la bandera republicana española (la tricolor de la Primera República, 1873) y proclamando la República española.
Macià, visiblemente contrariado (Companys había actuado sin consensuar su acción con su socio político); se dirigió al Palau de la Generalitat (en aquel momento Palau de la Diputació). Allí encontró la oposición del presidente del organismo, Joan Maluquer i Viladot, de la Federación Monárquica Autonomista, que le dijo que no le permitiría ocupar el cargo si no era por la fuerza. Macià, investido de la autoridad moral y política que le había dado la victoria electoral; le puso amistosamente la mano en el hombro y le dijo que lo interpretara como un acto de fuerza. Acto seguido, Macià salía al balcón del edificio, y proclamaba el Estado catalán dentro de la federación de pueblos ibéricos.