Tal día como hoy del año 1724, hace 296 años, moría en Viena a los 58 años de edad Antoni Desvalls i de Vergòs, que había sido coronel del Ejército de Catalunya durante la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1715), y que había tenido una destacadísima participación en la fase final de aquel conflicto, denominada Guerra de los Catalanes (1713-1714) en las cancillerías borbónicas de París y de Madrid. Antoni Desvalls ostentó el grado de coronel de caballería del Ejército Imperial (1705-1713) y del Ejército de Catalunya (1713-1714).
Durante la llamada Guerra de los Catalanes, fue la máxima autoridad militar del Ejército del Interior (formado por miquelets voluntarios y caballería de la Generalitat). Su misión era atacar la retaguardia del ejército borbónico francocastellano que ocupaba Catalunya e impedir el aprovisionamiento de los 40.000 efectivos de Pópoli —primero— y de Berwick —después— que asediaban Barcelona (25 de julio de 1713 a 11 de septiembre de 1714). En esta misión —y en condiciones de franca inferioridad— obtuvo sonadas victorias en Talamanca, Mura y Manresa.
Con su hermano Manuel, comandó la defensa de la última plaza libre de Catalunya: Cardona, que resistió hasta el 18 de septiembre. Ocupada Catalunya, se exilió en Viena, y el emperador Carlos VI (Carlos III de Barcelona) le confirmó el grado militar: en 1716 —como mariscal de campo— comandaría una división imperial que combatía a los turcos en Hungría. Poco después se retiró a Viena y se convirtió en una de las personalidades más destacadas del exilio catalán de 1714: participó en la construcción de un hospital y en la promoción de un sistema de pensiones para los exiliados sin recursos.
Unos años después (1748), su hijo Manuel Desvalls i Alegre —que lo había acompañado al exilio— fue nombrado preceptor de José de Habsburgo-Lorena, nieto del emperador Carlos VI (Carlos III de Barcelona), hijo de la emperatriz María Teresa de Austria, y futuro emperador José II.