Tal día como hoy del año 1913, hace 105 años, moría en la prisión de mujeres Reina Amalia de Barcelona (denominada popularmente "La Galera"), Enriqueta Martí i Ripollés, que sería conocida con el sobrenombre de "la vampira del Raval". Enriqueta Martí, que había sido detenida en febrero de 1912 y posteriormente juzgada y condenada por secuestro, prostitución y asesinato de un mínimo de doce criaturas; pasaría a los anales de la crónica negra como la asesina en serie más mortífera de la historia de Catalunya. Sin embargo, investigaciones recientes ponen en duda que Martí fuera el asesino material y apuntan que su función era la de hacer desaparecer los cadáveres.
Enriqueta Martí, nacida en Sant Feliu de Llobregat (Baix Llobregat) el año 1868, había ejercido la prostitución y el proxenetismo infantil entre las clases altas de Barcelona. Tres años antes de su detención (1909) había estado implicada en un turbio asunto como propietaria de un meublé de prostitución infantil (niños y niñas de tres a catorce años) que regentaba en la calle Minerva de Barcelona; y que era frecuentado por elementos de las clases altas de la ciudad. Sus buenas relaciones con su clientela habitual, y el temor de algunos de estos que se revelaran públicamente sus inclinaciones sexuales, hicieron que la investigación del proceso judicial quedara misteriosamente interrumpida y archivada.
El año 1912, sin embargo, fue detenida por el secuestro de dos niñas que tenía retenidas en un piso del Raval. En aquel lugar la policía localizó los restos óseos de un mínimo de doce criaturas. A partir de aquel momento nació la leyenda de la "vampira del Raval" que mezclaba rumorología con información que la policía había filtrado en la prensa. Se dijo que la "vampira del Raval" secuestraba a niños y niñas de familias muy pobres que no tenían recursos para buscarlos. Que los mantenía retenidos y malnutridos durante años. Que los obligaba a prostituirse. Y que cuando se cansaba o se le morían, se deshacía literalmente los cadáveres, convirtiendo huesos y grasas en ungüentos medicinales contra la tuberculosis.
El cierto, sin embargo, es que a pesar de la gran cantidad de restos humanos encontrados en el piso del Raval, las investigaciones recientes sólo probarían su participación en los secuestros y la eliminación de los cuerpos. Queda en la nebulosa del misterio quién sería el autor material de aquellos crímenes. Según investigaciones recientes, Enriqueta Martí conservaba una libreta escrita en catalán y con una caligrafía muy refinada donde tenía relacionados los nombres y las direcciones de sus clientes; tanto los del de servicios sexuales como los de los ungüentos medicinales. Este documento desapareció durante el proceso judicial. La "vampira del Raval" moriría en la prisión, oficialmente, apaleada por las otras reclusas.