Tal día como hoy del año 1938, hace 80 años, en el contexto de la Guerra Civil española (1936-1939), las fuerzas aéreas de los regímenes nazi alemán y fascista italiano —aliados del bando franquista— iniciaban un ataque contra objetivos civiles de la ciudad de Barcelona que duraría tres días (16, 17 y 18 de marzo de 1938). Aquel era el sexto ataque aéreo contra la ciudad. Con anterioridad, en las incursiones aéreas franquistas del 13 de febrero y del 29 de mayo de 1937, y en las del 7 y 19 de enero de aquel mismo año; la aviación franquista había bombardeado objetivos estratégicos: las instalaciones portuarias y los barcos atracados. Pero la del 30 de enero de 1938, ya había anunciado un cambio de objetivos: el bombardeo sobre el barrio del Raval que afectó, especialmente, a la escuela de Sant Felip Neri.
Durante el mes de marzo de 1938 el frente de guerra se desplazó desde el centro de Aragón hasta la línea norte-sur formada por los ríos Noguera Pallaresa-Segre-Ebro. En aquel punto, los mandos franquistas, ante la más que previsible resistencia de Catalunya y el coste militar que se podía derivar, optaron por bombardear indiscriminadamente las ciudades, con el objetivo de crear un clima de terror que pretendía forzar su rendición. El comandante italiano Pricolo, jefe de uno de los pelotones aéreos, declararía que "hay que crear una sensación de terror inmediato entre la población enemiga, destruyendo continuamente la ciudad, todas las fuentes de vida y someterlos a una pesadilla de la cual no puedan despertar y que los obligará a rendirse".
El ataque aéreo de marzo de 1938 sobre Barcelona es considerado el primer bombardeo de saturación de la historia, y el segundo —después del de Gernika (26 de abril de 1937)— que más víctimas mortales causó en el conflicto civil español. Entre las 10 de la noche del día 16 y las 3 de la tarde del día 18, la aviación franquista efectuó 17 incursiones sobre la ciudad —en intervalos de tres horas— lanzaron 44.000 kilos de bombas sobre la Rambla, la Diagonal y la plaza de Catalunya. También se lanzaron bombas experimentales de poco peso pero de mucha potencia expansiva. El balance oficial de víctimas que hizo público el Ayuntamiento contabilizaría a 875 muertos (757 adultos y 118 niños) y más de 1.500 heridos; aunque posteriores investigaciones elevan la cifra hasta a más de 1.300 muertos.