Tal día como hoy del año 1641, hace 378 años, en el contexto de la Guerra de los Segadores (1640-1652), los Brazos Generales dejaban en suspensión la República catalana proclamada el día 16 de enero anterior, y votaban la proclamación del rey Luis XIII de Francia como conde de Barcelona. Aquella proclamación se producía en un escenario de emergencia provocado por la derrota que las tropas hispánicas del rey Felipe IV, comandadas por el marqués de Los Vélez, habían infringido al ejército de Catalunya en Martorell (20 a 22 de enero de 1641). Cuando en la ciudad de Barcelona se tuvo constancia de la derrota, que significaba ceder la puerta sur del plano de Barcelona a las tropas hispánicas, los Brazos Generales "fueron llamados no con trompetas sino que mandaron tocar la campana Tomasa a golpes, como se tocaba a Cortes, desde las siete a las ocho".
Aquel giro respondía a un cambio sustancial del escenario desde que, el 7 de septiembre anterior, se había firmado el Pacto de Ceret ("la protección que el señor de Plessis Besançon ―el cardenal Richelieu, ministro plenipotenciario francés― nos ofreció en nombre de su rey, con que redujéramos el gobierno en forma de república con los pactos y condiciones que se concertarían"). El ejército de Catalunya no había conseguido detener el avance de las tropas hispánicas desde el Ebro hasta el Llobregat, circunstancia que sería aprovechada por la cancillería francesa para imponer nuevas condiciones "no podemos esperar sino de su majestad cristianísima (el rey de Francia), y según las noticias que tenemos no se expondrá (...) con la prontitud y fervor que la necesidad pide sino es que la provincia se ponga a la obediencia como ya en tiempo de Carlo Magno lo hicieron nuestros antepasados".
No obstante, la relación entre Catalunya y Francia quedaba limitada a la persona del rey Luis XIII y se articulaba a través de un pacto bilateral: "que·ns jure y observe nostres usatges, constitucions, capítols y actes de Cort, privilegis, usos, styls, consuetuts, libertats, honors, preheminències y perrogatives, axí de aquesta ciutat com de las demés ciutats, vilas y lochs y personas particulars de la província (...) Cort del General y casa de la Deputació ab tota jurisdicció civil y criminal, y una constitució de observança, com al Principat aparexerà per a major seguretat del contracte, y perquè infeliblament se observen ditas constitucions y privilegis y se cuiten tot gènero de debats y contrafaccions”. El mismo día, el Consell de Cent barcelonés, tal como lo había hecho con la proclamación de la República, ratificaba el acuerdo de los Brazos Generales.