Tal día como hoy del año 814, hace 1.207 años, en Aquisgrán (en aquel momento capital del Imperio carolingio y actualmente una pequeña ciudad del land alemán de Rin del Norte-Westfalia), moría Carlomagno, que, desde el año 768, había sido rey de los francos, y, desde el año 800, había sido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En el transcurso de su gobierno, Carlomagno prosiguió la empresa de conquista de la antigua provincia romana Narbonense (actual Languedoc) que había iniciado su padre, el rey Pipino, llamado el Breve, el año 752. No obstante, la ideóloga de aquella empresa había sido su madre, la reina Berta, llamada la del pie grande.
Carlomagno proyectó la expansión carolingia hacia el sur. Los ejércitos carolingios entraban en Elna el año 767 y, sobre una antigua estructura territorial de la época romano-visigótica de raíz noribérica, fundaban el condado del Rosselló, el primer condado catalán. Poco después, el año 785, saltaban los Pirineos y entraban en la Seu d'Urgell y en Girona y, siguiendo el modelo fundacional rosellonés (restauración de una antigua estructura territorial de la época romano-visigótica y de raíz noribérica), creaban los condados de Cerdanya, Urgell, Besalú, Girona y Empúries. Antes de su muerte, los ejércitos carolingios entraron en Barcelona (año 801) y crearon los condados de Barcelona y de Osona.
Carlomagno también fue el creador de la Marca de Gotia (la región meridional carolingia que se correspondía a los actuales territorios del Languedoc y de la Catalunya Vella) y situó la capitalidad en Barcelona. Hasta la primera independencia catalana (987), los condes de Barcelona fueron también marqueses de Gotia. En cambio, el concepto Marca Hispánica no pasó nunca de la categoría de proyecto político. Los fracasos de Carlomagno en su intento de incorporar a su imperio el reino cristiano de Pamplona y el reino musulmán de Zaragoza impedirían la materialización de aquel proyecto y los dominios surpireneicos carolingios quedarían limitados a la Marca de Gotia.