Tal día como hoy del año 1931, hace 88 años, tres días después de que los gobiernos provisionales catalán y español hubieran acordado la restauración del autogobierno de Catalunya, el servicio de prensa del gabinete del presidente Macià informaba de que todos los casales catalanes de América habían enviado telegramas donde daban pleno apoyo a la Generalitat. Aquellos telegramas felicitaban la restauración de la Generalitat y le reconocían la categoría de máxima institución de gobierno de Catalunya. Entre aquellos casales catalanes había los de México, Cuba (La Habana y Santiago), Uruguay, Argentina (Buenos Aires, Rosario y Tierra del Fuego), Chile, Ecuador, Puerto Rico, Paraguay y Filipinas. También había telegramas procedentes de los casales catalanes de Europa: Suiza y Francia.
La historia de los casales catalanes en el exterior se remontaba al siglo XIX. El año 1840 los catalanes residentes en La Habana (Cuba) crearían el primer casal en el exterior: la Societat de Beneficiència de Naturals de Catalunya; que se organizaría, también, como una entidad mutual. Poco después, durante la segunda mitad del siglo XIX y coincidiendo con la primera gran oleada de emigración catalana en América se completaría el mapa. El protagonismo de la comunidad catalana de Buenos Aires en el proceso de independencia de Río de la Plata (1810), convertiría Argentina en uno de los principales destinos de aquella emigración. El segundo casal catalán en el exterior se abriría el año 1847 en Buenos Aires con el nombre Associació Catalana de Socors Mutus Montepio de Montserrat.
La relación entre los casales catalanes de América y el presidente Macià era muy intensa. Sobre todo desde que el general Primo de Rivera, después del golpe de estado militar (1923), había desguazado y liquidado la Mancomunitat de Catalunya (1924), referente máximo de los casales catalanes. Durante la etapa dictatorial (1923-1930) Macià, líder del partido independentista Estat Català (1922), a diferencia de los dirigentes de la Lliga Regionalista, se exilió y llevó a cabo una intensa campaña en los casals americanos. Una buena parte del empréstito Pau Claris (1926), de 8.750.000 pesetas (el equivalente actual a 40 millones de euros), emitido por Macià para financiar un ejército que tenía que independizar Catalunya (Hechos de Prats de Molló), fue suscrito por los casals catalanes de América.