Tal día como hoy del año 1498, hace 520 años, Cristóbal Colón ―en el transcurso del tercer viaje al nuevo continente― desembarcaba en la isla de Trinidad. Cuando Colón tocó tierra quedó impresionado por la frondosidad de la isla, y en su cuaderno de bitácora dejaría escrito que Trinidad le había recordado a los paisajes de la Horta de València, entre otras cosas, "por la gran riqueza de árboles de todo tipo y de todos los tamaños". También se ha especulado con la posibilidad de que el nombre de la isla pudiera tener una relación directa con el monasterio de la Trinitat, entonces situado en extramuros de València cap-i-casal, en el barrio rural de La Saidia y formado por un mosaico de explotaciones agrarias.
No era la primera vez que se refería a València en aquel viaje. Poco antes había tocado las costas del delta del río Orinoco (en el norte del actual estado de Venezuela) y había dejado escrito que "el intenso verdor del paisaje, la disposición aislada de las casas sobre el terreno y el color blanco de las construcciones lo transportaba a la Horta de València", probablemente la Albufera. Del delta del Orinoco dejaría escrito también que "le parecía el lugar más parecido a lo que debió haber sido el paraíso". No obstante, no fundaría ninguna colonia, y el primer asentamiento estable en la isla de Trinidad ―después de algunos intentos fallidos llevados a cabo muy posteriormente― no se consolidaría hasta pasado casi un siglo.
La detención de Colón ―a manos del juez castellano Fernández de la Bobadilla―, a la finalización de aquel tercer viaje, y su posterior encarcelamiento en Castilla, probablemente impedirían un programa de colonización inmediato. También la opinión de los navegantes castellanos que contrasta abiertamente con las del almirante, debieron influir. Alonso de Santa Cruz, funcionario de la Casa de Contratación, diría años después que la isla de Trinitat “ha sido y es mala de conquistar, por ser la tierra muy áspera y los indios muy belicosos, díjose haber en ella muchas minas de oro, de lo cual por ser la tierra, como dicho tengo, no se ha sabido la verdad”.