Tal día como hoy del año 1932, hace 89 años, en Barcelona; se constituía el primer Parlamento moderno de la historia de Catalunya. La composición de aquella primera cámara era el resultado de las primeras elecciones en el Parlamento —celebradas el 20 de noviembre anterior—, y que había ganado ampliamente la plataforma ERC; integrada por las formaciones independentistas Estat Català (liderada por Francesc Macià) y Grup d'Opinió (liderada por Joan Lluhí i Vallescà) y por las formaciones federalistas Partit Republicà Català (liderada por Lluís Companys) y Juventut Republicana de Lleida (liderada por Humbert Torres).

Aquella primera cámara elegiría a Lluís Companys como presidente del Parlamento y a Francesc Macià como presidente de la Generalitat.

Aquel primer Parlamento estaba formado por 85 diputados; elegidos por las cinco circunscripciones electorales catalanas: Barcelona-ciudad (24 escaños), comarcas de Barcelona (19 escaños), comarcas de Lleida (14 escaños), comarcas de Girona (14 escaños) y comarcas de Tarragona (14 escaños). Y la composición de aquella cámara quedaría en: 56 diputados para ERC; 16 para la Lliga Regionalista; 5 para la Unió Socialista de Catalunya; 4 para el Partit Radical Autònom de las comarcas de Tarragona; 1 para la Unió Catalanista; 1 para el Partit Republicà Federal; 1 para Acció Republicana Catalana, y 1 para Unió Democràtica de Catalunya. Los partidos de obediencia española no obtuvieron representación en aquella primera cámara.
Aquella primera sesión constitutiva se celebró en el edificio que había sido el Arsenal de la Ciutadella, construido por el régimen borbónico después de la ocupación militar de Catalunya (1725); y, que después de la restauración de la Generalitat (1931) había pasado a propiedad de la nueva administración catalana y había sido reformado y adaptado para convertirlo en el Palau del Parlament (1932).

En aquella reforma, el blasón de los Borbones que presidía la fachada principal del edificio fue sustituido por el escudo de las cuatro barras de Catalunya.

Y lo que había sido el Salón del Trono —y que los Borbones habían utilizado desde el siglo XVIII para las recepciones oficiales que organizaban en Barcelona-, fue reconvertido en el Salón de Sesiones (el hemiciclo).