Tal día como hoy del año 1934, hace 83 años, en el marco de la proclamación del seis de octubre, a últimas horas de la jornada se producía la derrota de la Generalitat, presidida por Lluís Companys, que desembocaría en la rendición y detención del president y de la mayoría de su gabinete durante la madrugada del 7 de octubre. La derrota de la Generalitat era el resultado de una colosal cadena de errores imputables, en buena parte, al mismo president. En aquellas horas decisivas tanto la prensa de la época como una parte mayoritaria de la opinión pública catalana recordaron que el difunto president Macià, antes de morir, había expresado su preocupación en relación a la capacidad de Compañeros para gobernar.
La investigación historiográfica pone de relieve la falta de un criterio firme y sostenido por parte del president Companys a la hora de reconducir las tensiones que sacudían su gabinete que, si bien no cuestionan su indudable altura política, sí que plantean muchas dudas en relación a la su talla como hombre de gobierno. La misma investigación historiográfica apunta que Companys no planificó con rigor la estrategia y la logística que tenía que garantizar el éxito de la proclamación. Durante las horas inmediatamente posteriores a la proclamación, su gestión al frente de las fuerzas de defensa de la Generalitat, fue inexplicablemente dubitativa e improvisada.
No consiguió en ningún momento coordinar con éxito las fuerzas de defensa de la Generalitat. Mientras los Mossos d'Esquadra y las Guardias de Asalto habían conseguido parar y acosar en la plaza del Ángel a un regimiento de infantería española que se dirigía a la plaza de Sant Jaume, y pedían refuerzos —que no llegarían nunca— para forzar su rendición; en la derecha del Eixample, en la Rambla y en el Raval, había centenares de hombres armados —agrupados en pelotones de defensa civil— que deambulaban sin saber qué hacer ni hacia dónde ir. Por la noche, la artillería española alcanzaría la plaza Sant Jaume, y rodearía el Palau de la Generalitat a la espera de que el president y el Govern se rindieran.