Tal día como hoy del año 1924, hace 95 años, el general Primo de Rivera, que había accedido al poder después del golpe de estado del 13 de septiembre de 1923, viajaba a Barcelona y ordenaba la intervención de la Mancomunitat de Catalunya, el órgano preautonómico catalán creado el 6 de abril de 1914. Aunque el decreto oficial no se publicaría hasta el 29 de enero (diecinueve días después), el dictador Primo de Rivera ―que conservaba el cargo de capitán general de Catalunya que ostentaba con anterioridad al golpe de estado― filtraba a la prensa, a través de una nota facilitada por la mencionada capitanía, la decisión firme que el directorio militar había tomado en relación a la Mancomunitat.
Según la prensa de la época, el dictador justificó la intervención argumentando lo siguiente: “Como consecuencia de la próxima disolución de las diputaciones provinciales —nuevo paso en la remoción de personas a que estuvo encomendada el régimen político de cuya gestión tan desconfiado se encontraba el país (referido a España)—, la Mancomunidad de Cataluña será integrada por nuevas personalidades”. Y todavía añadía: “El mantenimiento de los servicios mancomunales es altamente ventajoso para las cuatro provincias y lo será más cuando se purifiquen de tendencias y propagandas que no eran adecuada misión de un organismo administrativo”.
Finalmente proclamaba: “Se ha querido explotar el proyecto de estatuto regional que se atribuye a las provincias vascas, como un punto de comparación y partida, para lo que puedan ser aspiraciones de Cataluña en éste sentido y procede consigniar que tal proyecto no es ni siquiera conocido aún del Directorio ni puede tener la menor probabilidad de prosperar; porque el gobierno no ha de dictar leyes a medidas de aspiraciones ni hipotecar facultades propias, sino que concretará un criterio fijo de descentrealización administrativa subordinado al principio de unidad nacional para todas las provincias y regiones”.