Tal día como hoy del año 1936, hace 84 años, en el contexto de los días inmediatamente posteriores a la rebelión militar que había conducido al estallido de la Guerra Civil española (1936-1939), salían de Barcelona 2.500 milicianos de la CNT catalana (en aquellos momentos aliada de la FAI) en dirección al frente de guerra. Aquel contingente armado fue nombrado Columna Durruti, en honor al líder de la FAI Buenaventura Durruti Dumange (León, 1896 – Madrid, 1936), que, unos días antes (19 y 20/07/1936), había dirigido a los millares de milicianos barceloneses que habían colaborado a neutralizar la rebelión militar en la capital catalana.
Aquella Columna Durruti se hizo tristemente célebre por los terribles crímenes que cometió en el camino entre Barcelona y las proximidades de Zaragoza. La composición de aquel contingente, formado por idealistas convencidos pero, también, por delincuentes y asesinos excarcelados en el asalto que Durruti había dirigido contra la prisión Modelo (20/07/1936) convirtió la Columna en un pequeño ejército incontrolado que, camino de su objetivo, practicó el terror por varios pueblos de las comarcas de Tarragona y Zaragoza. A este hecho, también contribuyó la personalidad de Durruti, que los cronistas de la época y los historiadores modernos dibujan como la de un perverso asesino.
La Columna Durruti tenía el objetivo de conquistar Zaragoza (que había quedado en poder de los rebeldes). Pero, tan sólo, se pudieron acercar. Se detuvieron en Osera de Ebro, a unos treinta kilómetros de la capital aragonesa. Mientras conservaron aquella posición (julio-agosto de 1936), se entregaron a una brutal persecución de personas de condición religiosa y de ideología conservadora en la comarca aragonesa de la Ribera Baja del Ebro. Finalmente, las autoridades republicanas, desplazaron una parte de aquel contingente al frente de Madrid, donde moriría Durruti (se especula que fue asesinado por un miliciano infiltrado que seguía órdenes del gobierno de la República) y 1.400 hombres de aquella siniestra Columna.