Tal día como hoy del año 1644, hace 375 años, en el contexto de la Guerra de los Segadores (1640-1652) entraba a Barcelona Enric de Lorena-Guisa, conde de Harcourt i d'Armanyac —nombrado cadete la Perle— y nombrado lugarteniente de Luis XIV de Francia en Catalunya en sustitución de Philippe de la Mothe-Houdancourt, que había sido cesado y relevado a petición de la Generalitat después de varios enfrentamientos con las instituciones y con la población catalanas. La Mothe fue cesado de común acuerdo por Mazzarino —ministro plenipotenciario de la monarquía francesa— y Montpalau —embajador permanente de la Generalitat en París—.
Según el Dietari de la Generalitat, la llegada del cadete la Perla —que era llamado así por sus compañeros de armas porque lucía una perla en una oreja, y que había sido nombrado de común acuerdo por Mazzarino y Montpalau—, fue una gran fiesta: “dispararen tota la artilleria que estava posada per la muralla (...) sonant los manestrils, trompetas y tabals (...) guarnir tots los carrers per hont havia de passar sa alteza de companyias de moscaters que lo hu tocave al altre (...) Esta entrada fou tal que may se era vista, y molt major lo contento que tingueren los cathalans de la vinguda de sa alteza (...) per a expel·lir de Cathalunya los enemichs que tant la tenen molestada”.
El cadete la Perla no decepcionó las expectativas que había creado: paró en seco la violencia que practicaban a los soldados franceses sobre la población civil catalana, y castigó severamente a los culpables ordenando varias ejecuciones; separó los cuerpos de los ejércitos catalán y francés y nombró capitanes del país que, únicamente, quedaban subordinados a su figura; y juró las Constituciones de Catalunya y, siempre, consensuó con la Generalitat todas las operaciones y campañas militares. Durante su gestión (1645-1647), las armas catalano-francesas consiguieron los éxitos militares más destacados.
También, durante su estancia, mostró un gran interés en conocer la historia de Catalunya, y cuando en 1647 nació su cuarto hijo —el primero que nacía en Catalunya— le puso de nombre Ramon Berenguer.