Tal día como hoy del año 1906, hace 114 años, entraba en funcionamiento la primera línea regular de autobuses de Barcelona. Aquella primera línea cubría el trayecto entre las plazas de Catalunya y de Trilla (en el extremo norte de la calle Gran de Gràcia). Aquella era la primera línea regular de autobuses urbanos de la península Ibérica y la segunda de Europa. Sólo Londres, dos años antes (1904), había iniciado el despliegue de líneas urbanas de transporte regular de pasajeros en ómnibus; mientras que en París todavía se estaban haciendo pruebas.
Aquella primera línea fue puesta en funcionamiento por la empresa La Catalana d'Omnibus; que, en aquellos momentos, ya era la principal operadora de riperts (ómnibus de tracción animal) de Barcelona. Precisamente, La Catalana, ya explotaba la línea de transporte de viajeros con riperts entre las plazas de Catalunya y de Lesseps (en el extremo norte de la antigua villa de Gracia). La nueva línea fue provista con cinco vehículos automóviles Brillé-Scheneider de dos pisos y motor de gasolina y con una capacidad para 50 viajeros; que habían sido adquiridos en París.
Cuando se puso en funcionamiento aquella primera línea, Barcelona ya había superado al medio millón de habitantes, y su trama urbana había adquirido una gran extensión. En aquel contexto los ómnibus de gasolina tendrían una gran aceptación, pero tendrían que competir con los tranvías. Los ómnibus eran más ruidosos y más inestables; pero también eran más rápidos y más flexibles. En cambio, la aparición de aquellos primeros Brillé-Scheneider marcaría el fin de los ómnibus de tracción animal. Sólo veinte años después habrían desaparecido todos los vehículos de transporte público de viajeros de tracción animal.