Tal día como hoy del año 1944, hace 76 años, llegaban a España las primeras dosis de antibiótico de la penicilina, procedentes de los Estados Unidos. Según la prensa de la época (La Vanguardia Española, edición del 21/09/1944), el gobierno de Washington había autorizado el envío de un número indeterminado de dosis de este antibiótico, que el gobierno franquista distribuiría a través de una comisión técnica gubernamental dependiente del Ministerio de Sanidad. Aquel antibiótico se utilizaba para combatir enfermedades infecciosas, principalmente la tuberculosis.
Otras fuentes revelan que el régimen franquista se negó a suministrar ni una sola dosis a los hospitales de Catalunya. Según el doctor Ludvik Drobnic (Graven, Eslovenia, 1928 – Barcelona, 2018) -que fue médico del Hospital de infecciosos Nostra Senyora del Mar durante unas cuantas décadas- los hospitales catalanes no recibieron las primeras dosis hasta pasado un año (1945). Aquella marginación contrastaba con la situación sanitaria catalana, que era el territorio del estado español más afectado por enfermedades infecciosas: sólo la epidemia de tuberculosis de 1940 había causado casi 2.000 muertes en Barcelona.
Según el mismo doctor Drobnic, la distribución de aquellas primeras dosis que llegaron a Catalunya (1945) fue muy polémica. Las autoridades sanitarias franquistas habían impuesto un pago de 1.500 pesetas de la época (el equivalente actual aproximado de 6.000 euros) para la inoculación del antibiótico de la penicilina. Esta medida limitaría sus beneficios terapéuticos a las clases privilegiadas, mientras que las clases humildes seguirían muriendo sin remedio. Hasta el año 1965, la Seguridad Social española no asumiría los costes del antibiótico, y no se generalizaría su aplicación.