Tal día como hoy del año 1939, hace 81 años, treinta días después de la ocupación franquista de Barcelona (26/01/1939), el alcalde -el falangista Miguel Mateu Pla- ordenaba la depuración del nomenclátor de las calles, avenidas, plazas y edificios públicos de la ciudad. La prensa de la época (La Vanguardia Española, edición del 25/02/1939), titulaba la plana de información local con “Serán borrados los nombres de indeseables y de extranjeros dados por los rojos a calles y plazas, restableciéndose los tradicionales y proponiéndose los de heroes y martires de la Patria”.
Y en el texto se decía: “Constituir bajo la presidencia del Temiente de Alcalde delegado de Cultura, señor Bonet del Río, una Comisión (...) para que, propongan (...) los cambios de nombres de las calles y plazas de esta ciudad y de los Grupos Escolares, con el fin de (...) borrar el recuerdo del paso de la horda por Barcelona, que la mancilló con nombres de indeseables y de extranjeros (...) propongan lo conducente para honrar la memoria de los mártires que dieron su vida por Dios y por España, enterrados en los distintos cementerios de esta ciudad o con carácter general”.
No obstante, desde el día de la ocupación (26/01/1939) el mando franquista había iniciado la depuración del nomenclátor. El Passeig de Gràcia fue denominado Paseo General Mola; y la Plaça de Catalunya era renombrada como Plaza del Ejército Español. Mateu dejó aquella primera oleada depurativa sin efecto; pero en cambio, durante toda la etapa franquista (1939-1976); la actual Diagonal pasaría de ser la Avinguda 14 de Abril a Avenida Generalísimo Franco; y la Gran Via de las Corts Catalanes (que recuperaría su nombre en 1977) sería nombrada Avenida José Antonio Primo de Rivera.