Tal día como hoy del año 1416, hace 604 años, el conde-rey Fernando I, primer monarca catalanoaragonés de la dinastía castellana Trastámara, creaba el título de príncipe de Girona, destinado al heredero al trono. Aquella dignidad era la adaptación castellana al título de Duque de Girona, que era el que, desde 1351, ostentaban los herederos al trono catalanoaragonés. Y era totalmente contraria a los Usos i Costums de Catalunya, porque desde el siglo XII la figura del príncipe (Hombre Principal), estaba indiscutiblemente asociada a la del conde independiente de Barcelona.
Fernando I nombró príncipe de Girona a su heredero Alfonso, que más tarde reinaría como Alfonso V, llamado el Magnánimo. Según el cronista e historiador aragonés Jerónimo Zurita (1512-1580), en la ceremonia de investidura: “Y estando en su trono llegó el infante don Alonso y vistióle el rey un manto y púsole un chapeo en la cabeza y una vara de oro en la mano, y dióle la paz y título de príncipe de Girona por su primogénito, como antes se llamaba duque; porque ya en el reino de Castilla y León se había dado al sucesor en el reino el título de príncipe de Asturias”.