Tal día como hoy del año 1934, hace 83 años, el décimo gobierno de la II República española confirmaba la pena de muerte, recuperada seis meses antes, con la restauración del método de ejecución con el garrote vil. La pena de muerte había sido abolida por el segundo gobierno de la II República española (1932) —formado por una coalición de partidos de izquierda— poniendo punto final a una práctica que ya estaba erradicada en buena parte del mundo occidental. Pero con el triunfo electoral de los partidos de derechas en las elecciones generales de noviembre de 1933, la pena de muerte sería reinstaurada (abril de 1934) y su relevo sería recogido por el régimen franquista, que lo aplicaría sobradamente durante toda la etapa dictatorial.
El gobierno que aprobó la restauración del garrote vil estaba formado por una coalición de derechas integrada por el Partido Republicano Radical —de Alejandro Lerroux—, la Confederación Española de Derechas Autónomas —de José María Gil Robles— y el Partido Agrario Español que reunía los nostálgicos de la dictadura de Primo de Rivera. El ministro de Justicia que firmó la publicación de la ley era Rafael Aizpún que, posteriormente, sería uno de los juristas que elaboró el documento que justificaba la rebelión militar franquista —y que le valdría ser nombrado procurador en Cortes—; y más adelante sería miembro del consejo asesor de Juan de Borbón.
El uso del garrote vil formaba parte de una batería de leyes coercitivas y punitivas que presentaban la ejecución de la pena capital como acto ejemplificante y de público escarmiento. La contestación social, a nivel español, era cada día más elevada. Pero el que realmente preocupaba el gobierno español, y que explicaría estas medidas, eran la reacción de la sociedad catalana al encarcelamiento del Govern de la Generalitat. Sólo habían pasado cuatro días de la detención del president Companys y de los miembros de su gabinete —en el marco de la proclamación de la República catalana— y las protestas por la represión violenta del Estado español se estaban multiplicando.