Tal día como hoy del año 1704, hace 314 años, Carlos de Habsburgo, candidato de la coalición internacional al trono hispánico, desembarcaba en Lisboa y la guerra de Sucesión hispánica —que se había iniciado en 1701 en los campos de batalla de los Países Bajos y del norte de Italia— se trasladaba definitivamente a la península Ibérica. El conflicto sucesorio hispánico se libraría en territorio peninsular por espacio de diez años (1704-1714), con importantes movimientos alternativos, y se cerraría con las capitulaciones de Barcelona (11 de septiembre de 1714) y de Cardona (18 de septiembre de 1714). Mallorca y Eivissa, que capitularían en julio de 1715, serían los últimos escenarios del conflicto a escala global.

La coalición internacional, integrada por Austria, Inglaterra, Países Bajos y Portugal, consideraba que el eje borbónico París-Madrid (materializado con la entronización de Felipe V en 1701) rompía el equilibrio continental de poderes que se había pactado después de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Carlos era hijo del archiduque de Austria, pero no era su heredero; y eso había convertido su figura en la pieza necesaria para recuperar el equilibrio de poderes, y su candidatura en la respuesta de las potencias europeas al eje borbónico. Este paisaje cambiaría radicalmente cuando Carlos, a causa de la prematura e inesperada muerte de su hermano mayor, se convertiría en archiduque de Austria (1711).

Grabado de la conquista aliada de Gibraltar

Carlos de Habsburgo llegó a Lisboa acompañado por un poderoso grupo naval anglo-neerlandés. Tres meses después se produciría la primera operación militar de envergadura en la península: la conquista aliada de Gibraltar (4 de agosto de 1704). Aquella operación revela la implicación de los catalanes en el conflicto. Aunque las instituciones catalanas no firmarían el Pacto de Génova con Inglaterra hasta un año después (20 de junio de 1705), la destacada participación de la infantería de marina catalano-valenciana en la conquista aliada del peñón, revela que el Principat y el País Valencià se posicionarían decididamente a favor de la causa austriacista a partir del desembarque de Lisboa.