Tal día como hoy del año 1993, hace 25 años, un grupo organizado de la ultraderecha españolista autodenominado Marchalenes-IV Reich asesinaba al joven independentista Guillem Agulló i Salvador. Aquel crimen se produjo en la localidad de Montanejos (País Valencià). Según relató la prensa, Guillem Agulló se había desplazado a Montanejos con un grupo de amigos para disfrutar de las fiestas locales. También según la prensa, sus agresores lo localizaron y se desplazaron a propósito con la clara intencionalidad de enfrentarse. Guillem Agulló sufriría una brutal puñalada que acabaría con su vida. Sólo tenía dieciocho años.
El asesinato de Guillem Agulló creó una gran oleada de indignación social. Durante años —desde el final de la dictadura franquista— grupos organizados de la ultraderecha españolista del País Valencià habían llevado a cabo, impunemente, operaciones de terror que habían provocado centenares de brutales agresiones a personas de ideología catalanista, de izquierdas, sindicalista o a homosexuales. Pero lo que provocó la culminación de aquella indignación sería la acción de la justicia. El juez se negó a aceptar los agravantes de crimen de odio por motivación ideológica y el único imputado —un elemento que respondía al alias del Ventosa— sería condenado por una riña con resultado de muerte.
Pasados cuatro años, la justicia, sorprendentemente, concedió la libertad condicional al asesino de Guillem Agulló. Posteriormente, sería detenido por difusión del ideario nazi (racismo, apología de la violencia), posesión ilícita de armas, robos y delitos contra la salud pública; que no impedirían que se pudiera presentar como alcaldable de Xiva (País Valencià) por un partido de ultraderecha a las elecciones municipales del 2008. En cambio, la figura de Guillem Agulló ha sido sobradamente reconocida, glosada y homenajeada por los movimientos políticos, sociales, culturales, intelectuales y artísticos de los Països Catalans; y se ha convertido en un referente mítico del independentismo y de la lucha contra el fascismo.