Tal día como hoy del año 1261, hace 757 años, Jaime I, conde independiente de Barcelona y rey de Aragón, juraba los Furs de València, el documento legal y pactado que constituía el reino de València como una entidad política independiente dentro del conglomerado de la Corona de Aragón. Aquellos Furs fueron redactados y pactados por los representantes políticos de la sociedad valenciana de la época: los tres brazos o estamentos del poder formados por la aristocracia militar, la jerarquía eclesiástica y los mercaderes de las ciudades que dependían directamente de la corona. Posteriormente, se incorporarían los representantes de los gremios urbanos —denominados la "mano menor"— que serían, en definitiva, los verdaderos valedores de los intereses de las clases populares.
Con la conquista e incorporación en el edificio político catalano-aragonés de València cap-i-casal, que se había producido veintitrés años antes (1238), Jaime I ya había marcado las directrices políticas que conducirían a la constitución del reino de València. Los Furs valencianos de 1261 eran la ampliación del alcance territorial de los fueros primigenios de la capital; que se habían redactado inspirados en los Fueros municipales de las principales ciudades del edificio político catalano-aragonés: los Usatges de Barcelona y de Lleida, los Costums de Tortosa y de Perpinyà, y los Fueros de Zaragoza, de Jaca y de Huesca. València cap-i-casal, sin embargo, acabaría dotada con un sistema político propio que, con Barcelona, Lleida y Zaragoza, tenía el grado de autonomía municipal más elevado de todas las ciudades de la Corona de Aragón.
Jaime I proyectó convertir el reino de València en una entidad política propia para escapar del sistema político y económico feudal catalán y europeo que lo obligaba a negociar el poder con las principales casas aristocráticas del país. Los Furs de València consagraban un sistema señorial más vertical y jerarquizado, y reconocía a la institución de la corona unas cuotas de poder que no tenía en Catalunya. También, los Furs de 1261, consagrarían la tradicional alianza entre las clases mercantiles y la corona; que explica el fuerte desarrollo de la centuria de 1400 (Siglo de Oro valenciano), que transportaría el reino de València al liderazgo de la Corona de Aragón y que desembocaría en las Germanías de la centuria de 1500, las primeras revoluciones populares de la Europa moderna.