Tal día como hoy del año 1740, hace 281 años, en Barcelona, nacía Joan Antoni Desvalls i d'Ardena, nieto de Antoni Desvalls i de Vergós, héroe del bando austriacista en la Guerra de Sucesión (1705-1715), y la figura más relevante de la paupérrima Ilustración catalana, dominada por la Inquisición y por el régimen borbónico español. Desvalls fue uno de los pocos intelectuales catalanes de la posguerra del conflicto sucesorio y destacó en matemáticas, en ciencias físicas, en meteorología y en economía. El año 1764 fue uno de los fundadores de la Conferencia Físico-Matemática Experimental, entidad precursora de la Real Academia de las Ciencias y Artes de Barcelona.
Joan Antoni Desvalls sería uno de los casos más paradigmáticos del resultado del exilio de 1714. Su abuelo, Antoni Desvalls, había sido coronel del Regimiento de Caballería de Sant Jaume, que había formado parte del Real Ejército de Catalunya durante el conflicto sucesorio. Fue uno de los últimos combatientes en Cardona, la última plaza austriacista del Principado. Y se exilió en Viena, se integró en el Ejército Imperial como coronel y murió en 1724 a los 58 años. Y su padre, Manuel Desvalls i d'Alegre, vivió buena parte de su juventud en el exilio vienés, donde ejerció como preceptor de los hijos de Carlos de Habsburgo (último conde de Barcelona votado por las Cortes de Catalunya).
La familia Desvalls volvió a Catalunya durante la década de 1730, después de que el Borbón se hubiera comprometido a rehabilitar los patrimonios y los títulos de los exiliados (Viena, 1725). No obstante, Manuel Desvalls tuvo que emplear una fortuna considerable en pleitos contra el régimen borbónico para recuperar el patrimonio familiar. Posteriormente, los Desvalls se convertirían en una de las familias más destacadas de la oligarquía proborbónica del país. Con la ocupación napoleónica (1808) y la incorporación de Catalunya en el Primer Imperio francés (1808-1814), Joan Antoni Desvalls se alineó con los sectores antibonapartistas más reaccionarios del país.