Tal día como hoy del año 1720, hace 298 años, moría en Banyoles (Pla de l'Estany) Josep de Vilamala, 121º president de la Generalitat desde el 18 de agosto de 1713 hasta el 16 de septiembre de 1714. Ejerció como president durante el último año del conflicto sucesorio hispánico en el Principat (1705-1714); etapa que, en las cancillerías de Madrid y de París, se denominó “Guerra de los catalanes” y “Revolte des catalans”. Vilamala sería cesado de su cargo por el superintendente borbónico José Patiño, por orden de Felipe V ―el primer Borbón hispánico― después de la ocupación de Barcelona (11 de septiembre de 1714).
Vilamala había sido nombrado president en su calidad de miembro del brazo eclesiástico que, desde la creación de la institución (1359), tenía pactado este privilegio con el resto de estamentos políticos. Vilamala, hasta entonces prior del monasterio benedictino de Sant Esteve de Banyoles y diputado del brazo eclesiástico, formaría gobierno con los representantes electos del brazo militar Antoni de Berenguer i Novell y del brazo popular (llamado real) Antoni Grases i Des. Pero las especiales circunstancias bélicas del momento favorecerían un progresivo desplazamiento del poder hacia el Consell de Cent barcelonés.
Vilamala iniciaría su mandato seis semanas después de que la Junta de Brazos (el equivalente al Parlament) hubiera votado la resistencia a ultranza (9 de julio de 1713) contra el ejército de las Dos Coronas (las monarquías hispánica y francesa) que ocupaban militarmente buena parte del Principat. Y una semana después de su nombramiento (25 de julio de 1713) el ejército borbónico iniciaría un asedio brutal sobre Barcelona que ya no se levantaría hasta la capitulación de la ciudad (11 de septiembre de 1714). Durante aquella etapa sería Rafel de Casanova, conseller en cap de Barcelona, quien asumiría el gobierno efectivo del país.