Tal día como hoy del año 49 aC, hace 2.068 años, en el contexto de la Segunda Guerra Civil romana (49 aC – 45 aC), las legiones del general Julio César derrotaban a las del general Cneo Pompeo, en Ilerda (la actual Lleida). Aquel conflicto enfrentaba el llamado Partido del Pueblo (liderado por Julio César y formado por las familias patricias de escasa fortuna) con el Partido de los Optimates (liderado por Cneo Pompeyo y formado por las oligarquías terratenientes). Este conflicto tenía un origen político en el Senado y, posteriormente, se reproduciría en los campos de batalla situados en las "provincias" occidentales romanas.

La batalla de Ilerda fue una de las más importantes y decisivas de aquel conflicto. Julio César, con una campaña militar de una brutalidad extrema, había conseguido incorporar a los dominios de Roma la práctica totalidad de la Galia, y se había convertido en uno de los personajes más prestigiosos de la República romana. Sus rivales políticos, temerosos de que utilizara su prestigio y su fuerza militar para desbancar del poder al partido de los optimates, lo declararon enemigo de la República romana y lo intentaron parar antes de su retorno a la capital.

Su principal rival concentró todos los efectivos posibles en la península Ibérica, que sería el escenario de las principales batallas de aquel conflicto. El año 49 aC la antigua Iltirta de la nación noribérica de los ilergetes, ya había sido conquistada, devastada y edificada de nuevo, con el nombre latino de Ilerda. En aquel momento era un estratégico asentamiento romano que controlaba el paso del litoral mediterráneo hacia el interior peninsular. Por este motivo los dos ejércitos se emplazaron en las llanuras situadas en las afueras de la ciudad para librar aquella batalla. Según las fuentes documentales romanas, las oligarquías íbero-romanas de Ilerda estaban comprometidas con el partido de Pompeyo.

No obstante, Julio César conseguiría derrotar a Pompeyo, y de esta manera allanaría notablemente el camino que, tan sólo dos meses más tarde, lo convertiría en el primer dictador de la República romana.