Tal día como hoy del año 1925, hace 95 años, moría en Madrid el empresario y filántropo catalán Claudi López i Bru, hijo y heredero del traficante de esclavos Antonio López López, y uno de los máximos representantes del sector más radical del conservadurismo tradicionalista español. Durante su vida se vio implicado en escándalos de enorme repercusión e intentó lavar su imagen destinando una parte de sus beneficios a la construcción de edificios religiosos. Por este motivo, cuando murió, el rotativo carlista El Siglo Futuro tituló en portada la defunción del "limosnero mayor de España" que, contra la intención de aquel medio, se convertiría en sorna recurrente en la época.
El mayor escándalo en que estuvo implicado fue el de las minas del Rif y la segunda Guerra de África (1909). El año anterior (1908), había adquirido, conjuntamente con el conde de Romanones, unas extensas fincas situadas en el territorio de la Cabília que contenían yacimientos de minerales. Romanones, en aquel momento exministro de Gobernación, de Fomento y de Justicia, y exalcalde de Madrid, utilizó todo su poder para conseguir que España declarara la guerra a la Cabília. En aquel conflicto se implicaron, también, el rey Alfonso XIII y el presidente del gobierno Antonio Maura. España incorporó aquel territorio, pero el coste fue de un mínimo de 2.235 muertes (unos 1.000 catalanes)
López Bru puso al servicio de aquella operación militar los barcos de su naviera (la Compañía Transatlántica) que transportaron a 9.000 reservistas catalanes (la mitad del primer contingente colonial) al escenario del conflicto. Los desastres y las masacres que sufrieron aquellos soldados en aquella llamada "Guerra de Melilla" enervaron a las clases populares catalanas: la mayoría de los fallecidos y amputados eran padres de familia del segmento más humilde de la población, y eran la única fuente de aportación económica de sus casas. Aquel descontento fue en aumento hasta culminar en la Semana Trágica (26 de julio a 2 de agosto de 1909).