Tal día como hoy del año 1944, hace 74 años, coincidiendo con el cuarto aniversario del fusilamiento del president Companys, la Intendencia Municipal de Montevideo (Uruguay), presidida por Juan Pedro Fabini (del progresista Partido Colorado) inauguraba la plaza Lluís Companys, la primera vía pública del mundo que llevaría el nombre del president de Catalunya fusilado por el régimen franquista. Aquella plaza que, desde entonces, se ha denominado ininterrumpidamente Lluís Companys, está situada en el cruce encrucijada de la avenida Presidente Oribe con el bulevar José Batlle, y linda con otra plaza dedicada a la figura del mítico presidente sueco Olof Palme, víctima de una turbia operación de los servicios secretos internacionales.
Aquel mismo día, también se inauguró el primer monumento público del mundo dedicado a la figura del president mártir, que quedaría situado en el centro de la plaza Lluís Companys. Aquella iniciativa, que había sido promovida por el Centro Catalán de Montevideo, contaría con la aportación de casi todos los miembros de la colonia catalana de Uruguay, y de los exiliados republicanos catalanes que habían llegado al país después de la Guerra Civil española (1936-1939). La urbanización del espacio verde de la plaza, por ejemplo, sería pagada por suscripción popular. El monumento sería fabricado con el material que dio una pedrera propiedad de una familia catalana. Y los honorarios del escultor serían desembolsados por el Centro Catalán de Montevideo.
Durante setenta y cuatro años, cada 15 de octubre, la plaza Lluís Companys ha sido el punto de concentración de la colonia catalana de Uruguay; que de esta forma no tan sólo renueva, año tras año, su catalanidad sino que, también, reivindica la figura de Lluís Companys, y el legado del único presidente europeo elegido democráticamente que ha sido fusilado: “Tornarem a sofrir, tornarem a lluitar, tornarem a guanyar”.