Tal día como hoy del año 986, hace 1.036 años, en Laon (entonces reino carolingio de Francia y actualmente departamento del Aisne en el extremo norte de la República francesa); moría el rey Lotario I, el undécimo y penúltimo monarca de la estirpe carolingia francesa (sus antepasados Carlomagno y Luís I, no se computan en esta serie porque fueron emperadores de un conglomerado que abarcaba buena parte de la Europa central y atlántica). Lotario, de quien las fuentes de la época relatan que durante los últimos años de su vida arrastró una larga enfermedad (probablemente un cáncer); fue a morir a Laon, por el especial simbolismo que tenía esta ciudad entre los carolingios: era el solar originario de Berta de Laon, llamada Berta la del Pie Grande (720-783); madre de Carlomagno y verdadera arquitecta política del estado carolingio.
Lotario reinó durante la etapa inicial de transformación del régimen señorial (el dibujo del poder era de forma piramidal, con la monarquía en la cima) hacia el régimen feudal (el dibujo del poder pasa a ser horizontal, distribuido entre la monarquía, la nobleza y la Iglesia). Durante su reinado (954-986) vio muy limitada su autoridad con relación a sus antecesores: los barones feudales de su dominio (duques, marqueses, condes) usurparon progresivamente el bien público (ejército, hacienda, justicia), y si bien, la no renovación del pacto de vasallaje (el reconocimiento de autoridad) de los condes carolingios catalanes hacia su sucesor (Luis V, el último rey carolingio) estuvo motivado por el silencio del poder central ante la destructiva campaña de Al-Mansur contra Barcelona; también lo es que se produjo en aquel contexto de erosión de la autoridad real.