Tal día como hoy del año 1956, hace 65 años, en París, moría Juan Negrín López, que durante la Guerra Civil española (1936-1939) había sido presidente del vigésimoquinto y del vigésimosexto gobiernos de la República española (17 de mayo de 1937 – 01 de febrero de 1939). Negrín (Las Palmas, 1892 – París, 1956) era un miembro destacado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y con anterioridad había sido diputado en las Cortes por la provincia canaria de Las Palmas y ministro de Hacienda del vigésimocuarto gobierno de la República (noviembre, 1936 – mayo, 1937). Mientras era presidente del Gobierno (12 de abril de 1938) firmó la orden de reclutamiento y movilización de todos los chicos de la zona republicana nacidos los años 1920.

Aquella leva afectó a chicos que en aquel momento justo habían cumplido los dieciocho años o, incluso, que sólo tenían diecisiete. Por este motivo fue llamada popularmente Leva del Biberón. Y fue efectiva, únicamente, en los territorios que, en aquel momento, controlaba el gobierno de la República. Se llamó a filas a un total de 30.000 chicos, la inmensa mayoría procedentes de Catalunya y del País Valencià. Aquella movilización, considerada una de las actuaciones más polémicas de los gobiernos republicanos, fue muy criticada desde el primer momento a todos los niveles. Una de las voces más críticas con aquella leva fue la de Federica Montseny, exministra de Sanidad y de Asuntos Sociales de los gobiernos republicanos.

Los testigos que sobrevivieron explicaban que únicamente recibieron una supuesta instrucción militar con palos y piedras de una semana escasa de duración y que, una vez fueron enviados al frente de guerra ―aunque la previsión inicial era destinarlos a tareas de asistencia en la retaguardia―, fueron situados a primera línea de combate. La inmensa mayoría de los componentes de la Leva del Biberón fueron emplazados a primera línea de fuego de la Batalla del Ebro (julio – noviembre, 1938) la más mortífera de aquel conflicto, donde no pudieron hacer nada contra un ejército enemigo formado por soldados adultos y bregados y donde sufrieron miles de bajas. Los pocos supervivientes acabaron en los batallones de trabajos forzados del régimen franquista o en los campos de concentración franceses del exilio republicano.