Tal día como hoy del año 1939, hace 80 años, en el contexto de la Guerra Civil española (1936-1939), el Parlament de Catalunya ―presidido por Josep Irla― se instalaba en Girona y quedaba establecido en la Casa de la Ciutat. Aquel traslado estaba motivado por la llegada de las tropas franquistas en el Baix Llobregat que amenazaban Barcelona. De esta forma, Girona se convertía en la sede de la máxima representación política de Catalunya, y lo sería hasta que seis días después (30 de enero) la mayoría de los parlamentarios se exiliaban acompañando a los miembros de los gobiernos de Catalunya y de Euskadi.
Esta no sería la primera vez que Girona ejercía el papel de capital política de Catalunya. La primera referencia fecha del año 785 (durante la dominación del emirato independiente de Al-Andalus), cuando las élites locales pactaron entregar la ciudad a los ejércitos de Carlomagno. Entre el 785 y el 801 (cuando las élites locales de Barcelona hicieron lo mismo), Girona ―aunque estaba adscrita a la región carolingia del marquesado de Gotia― ejercería como capital de facto del espacio situado entre las Corberes (en el norte) y la desembocadura de la Tordera (en el sur), territorio primigenio de lo que, más adelante, se denominaría Catalunya.
Las sesiones parlamentarias que se celebraron entre el 24 y el 30 de enero de 1939 en Girona son las únicas que, en la historia contemporánea de Catalunya, se han llevado a cabo fuera de la sede del Parlament, en Barcelona. Y, también, serían las últimas de la etapa republicana. Posteriormente, el president Lluís Companys recompondría el Govern de Catalunya en el exilio: en Perpinyà, primero; y en París, después; creando el Consell Nacional de Catalunya (marzo de 1939). Y posteriormente la ocupación nazi de París, el gerundense Josep Trueta trasladaría el gobierno catalán a Londres (octubre de 1940).