Tal día como hoy del año 1923, hace 95 años, el gobernador civil de Barcelona ―el general Carlos de Losada y Canterac― hacía pública la orden de clausura de cuarenta y siete entidades culturales y políticas catalanistas de ámbito local en las comarcas de Barcelona. Aquella orden había sido firmada dos días antes (25 de septiembre de 1923) por el general Miguel Primo de Rivera, que desde el golpe de estado perpetrado dos semanas antes (13 de septiembre de 1923) gobernaba dictatorialmente el Estado español. Aquella orden de clausura venía acompañada de otra, firmada exclusivamente por el gobernador civil, de suspensión de publicaciones consideradas por el régimen dictatorial como "semanarios pornográficos" que afectaría a las revistas humorísticas Papitu, Nandu y Nandu de Llofriu ―editadas en catalán― y Caloyo y Cipriano, editadas en castellano.
La orden de cierre de las entidades catalanistas (que afectaba tanto a casales y ateneos culturales como a comités y centros políticos) sería la primera actuación del nuevo régimen dictatorial contra el catalanismo cultural y político. Pocas semanas después se dictarían una serie de órdenes prohibiendo el uso público de la lengua catalana ―particularmente en los ámbitos de la administración y de la docencia―, prohibiendo la presencia de la bandera en el espacio público, y prohibiendo las manifestaciones sociales, políticas, culturales y deportivas de catalanidad. Aquellas políticas persecutorias culminarían con la destitución del gobierno de la Mancomunitat (29 de enero de 1924), con el pretexto que se había convertido "en un pequeño estado (...) en manos tendenciosas (...) capaz de dañar a España"; y el nombramiento manu militari de Losada como presidente.