Tal día como hoy del año 1939, hace 82 años, en el contexto de los meses inmediatamente posteriores a la ocupación franquista de Catalunya y a la conclusión de la Guerra Civil española, Wenceslao González Oliveros, gobernador civil del nuevo régimen en Barcelona, iniciaba una campaña de depuración de la nomenclatura interna de bares y restaurantes de la capital catalana. Según la prensa de la época (La Vanguardia Española, edición del 17/11/1939), González Oliveros formuló una consulta oficial a la Real Academia de la Lengua Española para que este organismo le propusiera términos "con palabras castizas" que tenían que sustituir “ciertos vocablos exóticos que pretenden introducirse en el uso corriente”.
González Oliveros pretendía extirpar de la nomenclatura de bares y restaurantes términos como carne a la brasa, brasserie, menú, water-closet, hall o grill-room. Según la misma prensa, la RAE respondía (18/11/1939) que carne a la brasa se tenía que sustituir por parrilla; brasserie por cervecería; water-closet por retrete o por miccionario; hall por recibidor; y grill-room curiosamente no se transformaba también en parrilla, sino que pasaba a ser asador, bodegón o figón. Acto seguido, González Oliveros se libró a una especie de cruzada contra la nomenclatura "exótica" en la hostelería de Barcelona, que provocaría escenas tragicómicas ampliamente comentadas por la sociedad de la época.
Mientras la ciudad, después de tres años de guerra y de docenas de bombardeos, se debatía en un escenario de represión, hambre, enfermedades y muerte, y con una epidemia de tuberculosis que estaba causando centenares de muertes, González Oliveros y su "rondín antimarxista" de policías y guardias civiles se dedicaba ―camisa arremangada― a arrancar carteles de "carne a la brasa" y de "water-closet", y placas de nombres de calles y plazas rotuladas en catalán; a destruir esculturas situadas en la vía pública que sublimaban los valores de la libertad y de la catalanidad, y a asaltar escuelas y a detener y encarcelar profesores que impartían en catalán. En 1940, el régimen franquista lo premió nombrándolo presidente del Tribunal de Responsabilidades Políticas.