Tal día como hoy del año 1939, hace 82 años, en el contexto de los meses inmediatamente posteriores a la ocupación franquista de Catalunya y a la conclusión de la Guerra Civil española, los inspectores jefe de Primera Enseñanza, situados en las cuatro provincias catalanas, enviaban una circular a todas las escuelas ―públicas y privadas― indicando que el día 12 de octubre sería jornada no lectiva, pero de obligada asistencia de toda la comunidad escolar para la celebración de la Fiesta del Día de la Raza. En aquella misma circular se detallaban sobradamente todos los actos que, obligadamente, tenían que programar los maestros.
Según la prensa de la época (La Vanguardia Española, edición del 10/10/1939), aquella circular "dicta normas para la misma [la celebración de la Fiesta del Día de la Raza] diciendo que deben celebrarla todos los educadores rodeándiola de un ambiente de alto patriotismo, dando a los escolares una sana lección de Historia y de Patria, fundamentándola en el elevadísimo papel de España no tan solo como descubridora de un mundo nuevo sino, precisamente como la civilizadora de un continente (...) se ensalzará la victoria de las armas españolas (...) como el triunfo de la verdadera civilización (...) que trascenderá en lo futuro a la Humanidad entera".
También, en aquella circular, se advertía que "debe compararse la epopeya del Caudillo con las grandes gestas de la Historia” y se indicaba "la obligación de todos los maestros [tanto de las escuelas públicas como de las privadas] de comunicar la celebración de esta fiesta, su desarrollo y resultados obtenidos en las respectivas localidades”. El Día de la Raza había sido instituido el año 1918, durante el reinado de Alfonso XIII, por el gobierno conservador de Antonio Maura. Pero durante la etapa republicana (1931-1939) fue muy cuestionado y cayó en desuso. Después de la ocupación franquista, el nuevo régimen lo impondría de nuevo, hasta que, en 1958, le cambiaron el nombre por el de Día de la Hispanidad.