Tal día como hoy del año 1725, hace 293 años, el archiduque Carlos VI de Austria y el rey Felipe V de España firmaban el Tratado de Viena —en la capital austríaca— que ponía fin definitivamente al conflicto sucesorio hispánico (1701-1715). En aquel tratado el archiduque Carlos, que había sido el candidato de los países de la Corona de Aragón al trono hispánico, reconocía a Felipe de Borbón —que reinaba como Felipe V— como rey de las Españas. A pesar de los esfuerzos de la cancillería vienesa, sobre todo de los catalanes que como Vilana-Perles o como Plantí tenían destacadas responsabilidades, el Borbón hispánico se negó rotundamente a restablecer las instituciones de gobierno catalanas.
En cambio, una de las compensaciones que obtuvieron los negociadores de la casa Habsburgo fue el compromiso de restituir a sus legítimos propietarios todos los bienes y patrimonios que la administración borbónica había confiscado a los austriacistas. Esta medida afectó, también, a una parte importante del exilio catalán de 1714, que poco después iniciaría el retorno a Catalunya. No obstante, hay que decir que la administración borbónica tardaría años a hacer efectiva aquella resolución. En algunos casos, los perjudicados sólo conseguirían recuperar una parte del patrimonio confiscado. Y en otros casos, la restitución no se haría efectiva hasta pasada una generación, y los beneficiarios serían los herederos de los perjudicados.
En aquel tratado también se acordó una relativa amnistía que tenía que permitir a los exiliados rehacer su vida en Catalunya con normalidad. Pero la realidad fue muy diferente. Muchos exiliados, al volver a sus pueblos y ciudades de origen, fueron sometidos a un acoso permanente por parte de las autoridades borbónicas —trabas burocráticas para recuperar sus bienes, denegación de permisos para iniciar actividades comerciales, sanciones por infracciones inexistentes, imposiciones tributarias calculadas arbitrariamente— que los obligaron a malvender el patrimonio recuperado y establecerse de nuevo a los dominios de los Habsburgo, básicamente los reinos de Nápoles y de Hungría.