Tal día como hoy del año 1406, hace 615 años, en Barcelona, moría Sibila de Fortià, cuarta y última esposa del conde-rey Pedro III de Barcelona e IV de Aragón. Sibila de Fortià (Fortià, Alt Empordà, circa 1350) era hija de una familia de la pequeña nobleza feudal ampurdanesa que no tenía ninguna relación con la casa real, pero, según algunos investigadores, su extraordinaria belleza le abriría las puertas de la corte. A los quince años (1365) entró a formar parte del séquito de la condesa-reina Leonor de Sicilia (tercera esposa de Pedro III) y a los veintiuno (1371) fue casada con Artal de Foces, un alto funcionario de la corte que veía recompensada su trayectoria y su lealtad con un matrimonio de capricho. En aquel matrimonio no tuvo descendencia.

El protagonismo de Sibila llegaría poco después. Entre 1374 y 1375 enviudaron, casi simultáneamente, Sibila y Pedro III y, acto seguido, iniciaron una relación que no fue nunca mal vista ni por los hijos del conde-rey ni por la corte. Sin embargo, cuando en 1377 se casaron, aquella unión desató una fuertísima oposición, tanto por parte de los hijos del conde-rey (Juan y Martín) que veían en Sibila una madrastra perversa que amenazaba sus derechos dinásticos, como por parte de la aristocracia cortesana, que veía a los parientes de la nueva reina como unos trepas y unos intrusos. Aquella oposición derivó en una brutal campaña de difamación: Sibila fue falsamente acusada de prácticas esotéricas con el objetivo de manipular la voluntad de Pedro III.

Con la muerte de Pedro III (1387) y el ascenso al trono de Juan, que reinaría como Juan I (1387-1396), Sibila y su única hija superviviente Isabel fueron expulsadas de la corte y recluidas en el castillo de Montcada. Aquella crisis provocó una división entre los estamentos del poder en Catalunya (la aristocracia se alineó con Juan I, y la baja nobleza y las clases mercantiles con Sibila) que no se resolvería hasta que en 1407 Isabel fue casada con el conde Jaime de Urgell, uno de los máximos representantes del partido contrario a la reina-viuda. Después del Compromiso de Caspe (1412) y de la revuelta fracasada de Jaime de Urgell (1413), la hija de Sibila fue perseguida y represaliada por los Trastámara y sus nietas fueron casadas a la fuerza lejos de Catalunya.