Tal día como hoy del año 1707, hace 315 años, en el contexto de la Guerra de Sucesión hispánica (1701-1715); las tropas borbónicas franco-castellanas comandadas por el mercenario James Fitz-James Stuart, duque de Berwick, ocupaban Valencia Cap i Casal. Cuando se produjo aquella ocupación, solo hacía trece días (25 de abril de 1707) que las tropas de la alianza internacional austriacista habían sufrido una importante derrota en Almansa (Corona castellano-leonesa); que había abierto el camino de los borbónicos hacia las comarcas centrales del País Valencià y hacia el Cap i Casal.
La caída de Valencia en manos de los ocupantes borbónicos representó el inicio de una brutal represión, que se concretaría con miles de detenidos, encarcelados, condenados, confiscados y ejecutados. Y con el inicio del proceso de desguace del edificio político valenciano (consejos municipales, Corts, y Generalitat) fundado en la época de la conquista de Jaime I (siglo XIII). Con la ocupación borbónica de Valencia Cap i Casal, se inició el proceso de implantación de la administración castellana, que durante décadas estaría en manos de personajes forasteros.
También con la caída de Valencia se inició el proceso de prohibición y persecución de la lengua y de la cultura valencianas; que fueron reducidas a la categoría de sistema de las clases rústicas e iletradas. Y los grandes edificios civiles de la ciudad (Llotja de la Seda, Drassanes) fueron confiscados y convertidos en cuarteles militares para alojar a la soldadesca borbónica, que era la que ejercía la represión a pie de calle. Felipe V ordenó que todas las banderas cuatribarradas esculpidas en la muralla de la ciudad fueran destruidas "para que los valencianos olviden que un día fueron libres".