Tal día como hoy del año 1936, hace 83 años, un pelotón formado, supuestamente, por milicianos revolucionarios secuestraba a ocho personas en la zona residencial de La Barata (en el término municipal de Matadepedera) y, poco después, las asesinaba a culatazos en el paraje conocido como Font de l'Olla (entre Matadepera y Mura); en el interior del actual Parque Natural de Sant Llorenç de Munt i l’Obac. Según el informe forense, todas las víctimas de aquella masacre murieron a causa de hemorragias cerebrales.
Según una carta que escribió Francesc Pi de la Mata (un testigo indirecto) a su hija Paulina -que fue revisada y publicada por Racó Català el año 2013-, las víctimas eran los industriales Francesc Salvans i Armengol; su hijo Joan Salvans i Piera; Joaquim Barata i Rocafort; Josep Maria Duran i Torres; Manuel Vallhonrat i Comerma; y Gaietà Vallès i Pujals; el notario y cofundador de Unió Democràtica de Catalunya Francesc de Paula Badia i Tobella; y el propietario agrario Agustí Prat i Marcet.
Todas las víctimas de aquella masacre estaban relacionadas con el tejido empresarial y cultural de Terrassa y fueron cuidadosamente seleccionadas por sus verdugos. Dirigían fábricas importantes y participaban activamente en asociaciones que promovían la lengua y la cultura catalanas. En uno de los apartados de la carta, se pone en duda de que los asesinos fueran milicianos de la CNT y la UGT. De confirmarse este extremo, se probaría una tenebrosa complicidad entre la FAI y la Falange que ya se ha apuntado en otros casos.
Tres meses antes (28 de abril de 1936) había sido asesinado a tiros y por la espalda el ex-comisario de Orden Público de la Generalitat Miquel Badia Capell, miembro destacado del partido independentista Estat Català, que había perseguido implacablemente los elementos incontrolados del sindicato anarquista FAI. Desde un buen principio se responsabilizó a los pistoleros de la FAI; pero las conexiones entre el autor de aquel crimen, Justo Bueno Pérez, y la Falange han dejado la investigación abierta.