Tal día como hoy del año 1705, hace 317 años, el Dietario de la Generalitat consignaba que el Oidor Militar (cargo subordinado al Diputado Militar) había detectado un importante movimiento de tropas en el valle del río Congost, entre Centelles y Granollers, que pertenecían al ejército que había levado el partido austriacista catalán. En este punto, hay que recordar que en el Tratado de Génova (20 de junio de 1640) —que habían firmado los representantes del gobierno inglés y del partido austriacista catalán—, se había pactado que se produciría un desembarque aliado en el Principado (inglés, austríaco y neerlandés); y que los catalanes contribuirían con una leva de 6.000 hombres. Cuando el Oidor Militar de la Generalitat detectó este movimiento de tropas, hacía tres días que se había producido el desembarque aliado en las playas de Montgat y de Badalona.
Aquel movimiento de tropas sería la primera constancia documental de la existencia del Real Ejército de Catalunya, como parte integrante del Ejército Imperial al inicio de la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1713); y como ejército independiente durante la última fase del conflicto, denominado Guerra de los Catalanes y entregado después del Tratado de Utrecht (1713-1714). Aquellas tropas, formadas por unos 6.000 hombres, se reunieron delante de las puertas de Barcelona con el ejercido aliado, comandado por Jordi de Hessen-Darmastadt el 14 de septiembre de 1705, para sitiar la capital catalana. La existencia de estas tropas catalanas en el cuerpo militar atacante, animó a la población humilde a forzar la apertura de las puertas de la ciudad, En aquel episodio tuvo un papel destacado Jerònima Peiró, una vecina anónima del Born que lideró la revuelta popular austriacista de 1705.