Tal día como hoy del año 1524, hace 500 años, en Barcelona, moría Violante de Montcada i de Vilaragut, que había sido abadesa del monasterio de Pedralbes en dos ocasiones: entre 1477 y 1494 y entre 1507 y 1515. Violante de Montcada i de Vilaragut era hija de Pere de Montcada i de Luna, miembro, tanto por lado paterno como por lado materno, de dos de las familias más destacadas del partido urgellista en el Compromiso de Caspe (1412) y durante el levantamiento de Jaime de Urgell posteriormente a la elección de Fernando de Trastámara como monarca catalanoaragonés. Los Montcada, los Luna o los Vilaragut eran linajes aristocráticos que formaban el partido nobiliario que se había opuesto a los Trastámara.

Después de la coronación de Fernando de Trastámara, como Fernando I (1412), el nuevo poder desplegó una vigilancia sobre las familias que habían dado apoyo a su rival en el trono Jaime de Urgell, que, después de la revuelta del pretendiente, se convertiría en una brutal persecución y represión. Los Montcada o los Luna fueron expulsados de los círculos reales y vieron considerablemente disminuida su influencia y su poder político. Pero con la coronación de Alfonso el Magnánimo (1416), hijo de Fernando I, la cancillería real varió su postura hacia un plano más conciliador, buscando la restauración de los vínculos entre la nobleza feudal y el estamento real.

No obstante, a partir de la coronación de Fernando II (1479), se retornó al escenario de los primeros años Trastámara. La Guerra Civil catalana (1462-1472), que había enfrentado a la nobleza feudal catalana con el rey Juan II (padre de Fernando II) y que se había saldado con una costosa victoria real, y la oposición de este corpus nobiliario al proyecto de unión dinástica con Castilla y León, que, finalmente, se acabaría concretando con el matrimonio de Fernando e Isabel (1469), había enturbiado notablemente la relación. Fernando el Católico tenía un especial interés en someter a su control el monasterio de Pedralbes, porque era una institución que reunía a las hijas de la aristocracia catalana.

Juan II consiguió el que el pontífice Sixto IV firmara una bula que ordenaba el nombramiento de una abadesa de fuera del monasterio. Pero la comunidad desobedeció y eligió a Violante. Fernando intentó que los nuevos pontífices cesaran a Violante, y no lo consiguió hasta 1494, cuando el papa Inocencio VIII nombró a la clarisa castellana Teresa Enríquez, parienta lejana del rey. Violante viajó a Roma para reclamar su cargo y, después de trece años, el papa Julio II le dio la razón. Tomó posesión, de nuevo (1507), pero tres años después (1510) Fernando forzó su destitución y consiguió que el pontificado nombrara a la hija ilegítima del rey, María de Aragón.