Tal día como hoy del año 1863, hace 161 años, en Puerto Cabello (Venezuela); moría Bartomeu Salom Borges, general de los ejércitos liberadores y héroe de la independencia de las repúblicas de Venezuela, Colombia y Ecuador (que durante el periodo 1819-1829 formarían la Gran Colombia) y de la república de Perú. Salom, aunque había estado comprometido con los movimientos independentistas americanos desde el inicio de aquellos procesos (Conjuración de los Mantuanos, 1808) y era un veterano de las guerras de liberación, pasaría a la historia como el liberador (el Libertador en la terminología americana) de El Callao —el puerto de Lima— la última plaza colonial española en el continente sudamericano (22 de enero de 1826).
Bartomeu Salom nació en 1780 en Puerto Cabello (entonces una ciudad colonial española en la costa sur del Caribe, en el virreinato de Nueva Granada). Sus padres eran Gabriel Salom, hijo de mallorquines y nacido accidentalmente en las Canarias pero criado en Mallorca y Magdalena Borges, nacida y criada en Palma. Los apellidos Salom y Borges indican su origen chueta (judíos conversos mallorquines). Los padres de Salom, Gabriel y Magdalena, eran miembros de importantes estirpes de armadores y comerciantes mallorquines y se habían establecido en las colonias americanas después de la derogación del monopolio de la Casa de Contratación y la apertura del comercio americano en varios puertos peninsulares.
Se da la curiosa circunstancia de que el primer asentamiento colonial hispánico en el continente sudamericano (Nueva Cádiz, en la isla de Cubagua) fue creado por Giacomo Castiglione (1500), un judío converso genovés descendiente de judíos conversos mallorquines. Y que, trescientos veintiséis años más tarde, el último asentamiento colonial hispánico en Sudamérica (El Callao, el puerto de Lima), sería liberado por Bartomeu Salom Borges (1826), otro descendiente de judíos conversos mallorquines.