Tal día como hoy del año 1876, hace 144 años, moría en Caldas de Besaya (Cantabria) el arquitecto urbanista Ildefons Cerdà i Sunyer, autor del Plan de Eixample de Barcelona (1860). A pesar de que el Ayuntamiento de Barcelona había confiado en el proyecto del arquitecto Antoni Rovira i Trias (Barcelona, 1816 – 1889); el gobierno central español impondría el dibujo de Cerdà: argumentaría que la distribución del espacio en calles paralelas y perpendiculares facilitaba las tareas de movimientos de tropas militares y de represión de la población civil en caso de rebelión.
No obstante, el proyecto Cerdà era muy respetuoso con el uso del espacio: había previsto la edificación del 50% de las manzanas urbanísticas que formarían el eixample, y el resto se destinaría a parques e instalaciones de ocio. La fuerte presión que los propietarios de los entonces terrenos rústicos del eixample ejercieron sobre el gobierno municipal y el incumplimiento sistemático a la hora de construir sobre los espacios que Cerdà había previsto destinar a uso ciudadano, acabarían provocando una brutal especulación que se traduciría en la ocupación de casi la totalidad del terreno.
En el mundo de la política —durante el reinado de Amadeo de Saboya y la etapa de la I República española (1870-1873)— había sido un miembro destacado del Partido Republicano Federalista, y presidente de la Diputación de Barcelona. Durante su mandato dio apoyo a la proclamación del Estat Català —liderado por Baldomer Lostau- de carácter federalista y republicano (1873). Fue cesado con la restauración borbónica. Al morir, la prensa proclamó que "El señor Cerdà era liberal y tenía talento, dos circunstancias que en España perjudican y suelen crear muchos enemigos".