Tal día como hoy del año 1092, hace 930 años, en Gerb (entonces condado independiente de Urgell, y actualmente comarca de la Noguera); moría Armengol IV, conde independiente de Urgell y el principal impulsor de la expansión territorial de aquella entidad política. Durante el gobierno de Armengol, el condado de Urgell (que rivalizaba con Barcelona por el liderazgo del rompecabezas condal catalán) saltó desde su solar tradicional (el valle alto del río Segre), hacia las extensas llanuras de la Catalunya occidental: incorporó a sus dominios el valle del río Sió (Urgell, Noguera), y los valles bajos de los ríos Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorçana (Nogal, Baixa Ribagorça).

La estrategia de Urgell, a corto plazo, consistía en amenazar los valís islámicos de Lleida, e imponerles las "parias" (un tributo anual en oro y plata a cambio de respetar la integridad de aquel Estado musulmán). Y, a largo plazo, expandirse hacia las llanuras de Lleida y el río Ebro hasta su desembocadura; para evitar quedar territorialmente rodeados por el condado independiente de Barcelona (que también progresaba hacia el sur por Tarragona); y por el reino de Aragón-Pamplona (que buscaba la salida al mar siguiendo el curso del río Ebro). En aquel contexto, Armengol IV desplazó la capital del condado a Gerb, como un paso previo a la conquista de Balagí (el actual Balaguer).

No obstante, la documentación que generó revela que, también, trazó y estimuló unas buenas relaciones diplomáticas con sus vecinos cristianos (el condado independiente de Barcelona y el reino de Aragón-Pamplona). Durante su gobierno redactó un testamento que establecía la regencia en caso de que lo alcanzara la muerte antes de que su hijo y heredero Armengol V alcanzara la mayoría de edad. En este testamento se decía que el niño Armengol quedaría bajo la tutela y protección de Berenguer Ramon II, conde independiente de Barcelona; y de Sancho I, rey de Aragón y Pamplona. Este testamento fue redactado casi un siglo antes de la unión dinástica de Barcelona y de Aragón.