Tal día como hoy del año 1806, hace 219 años, en Londres; moría Georgiana Cavendish (nacida Georgiana Spencer), que había sido una de las personas más influyentes de la sociedad británica de su tiempo y con Sarah Churchill, duquesa de Marlborough y Madame de Maintenon (la amante oficial y, después, esposa morganática de Luis XIV de Francia), una de las tres figuras políticas femeninas más destacadas del siglo XVIII. En la época en que vivió, las mujeres no podían ejercer el voto, ni ocupar cargos de representación política, ni responsabilidades de gobierno. Por este motivo, "adoptó" a su primo Charles James Fox y su amante Charles Grey y condujo hábilmente sus carreras políticas hasta altas responsabilidad de gobierno.
Georgiana Cavendish nació en 1757 en Althorp (condado de Northampton) y era la primogénita de la pareja formada por el político whig (liberal) John Spencer y Georgiana Poyntz (antepasados de la princesa Diana Spencer y de los príncipes William y Harry de Inglaterra). A los dieciséis años fue casada con William Cavendish, duque de Devonshire. La fuertísima presión que recibiría del entorno de su marido para quedar embarazada enseguida la harían caer en una serie de adicciones y enfermedades (alcoholismo, anorexia, drogadicción, ludopatía) que la marcarían durante toda la vida. Sin embargo, tuvo tres hijos con el duque de Devonshire y una hija fruto de una relación extramatrimonial con su amante Charles Grey.
Aun así, Georgiana, moviéndose hábilmente por los pasillos, fue capaz de proyectar su influencia en los grandes debates en el Parlamento de Westminster, no solo a través de sus patrocinados (Fox y Grey); sino con otros diputados de la Cámara. Estas mismas fuentes destacan que Georgiana utilizaba, a partes iguales, su belleza física y su inteligencia política e introdujo los debates antiesclavista e independentista norteamericano a la Cámara de los Comunes; con un buen resultado en el primero (pondría la semilla de las leyes abolicionistas del siglo siguiente) y con un éxito rotundo en el segundo (conseguiría que la Cámara derogara la Ley del Sello, principal elemento de conflicto entre la metrópoli y las Trece Colonias).