Tal día como hoy del año 1978, hace 46 años, en Jerusalén (Israel); moría Golda Meir —nacida Golda Mabovitx— que en el transcurso de su vida sería una de las personalidades más importantes en el proceso de formación y consolidación del Estado moderno de Israel. Golda había nacido en 1898 en Kyiv (entonces Imperio ruso) y en 1906, con ocho años, había emigrado con su familia a los Estados Unidos y allí, a los dieciocho años (1916) se había convertido Golda Meyerson (el apellido de su marido). Se crió en Milwaukee y se formó en la High School de Denver (Colorado) y en la Universidad de Wisconsin. En 1921, con veintitrés años, emigró con su marido al Protectorado Británico de Palestina, se instaló en un kibutz y adaptó su apellido a Meir.
Entre 1924 y 1947 fue una destacadísima líder del activismo sionista en el Protectorado Británico de Palestina; que luchaba por la creación de un Estado para los judíos. Y entre 1948 (independencia de Israel) y 1974 (cuando, con 76 años de edad, abandona la política activa) fue, de la primera a la sexta legislatura, diputada en la Knéset (la cámara legislativa israelí); la primera embajadora de Israel en la Unión Soviética (1948-1949); ministra de Trabajo (1949-1956); ministra de Asuntos Exteriores (1956-1966); ministra de Interior (1970) y primera ministra (1969-1974). Fue la primera mujer en Israel y la tercera en el mundo que ejerció la gobernación de un Estado.
Golda destacaría por su extraordinaria determinación, que se forjó durante los años de privaciones y de persecuciones durante su infancia, en Kyiv. Golda decía que su recuerdo más lejano era la figura de su padre clavando tablones en la puerta y en las ventanas de casa para protegerse de los asesinatos masivos perpetrados durante los pogromos. Y también se forjaría durante los años de formación en los Estados Unidos. Golda, que sería una de las firmantes de la declaración de independencia de Israel (1948) dijo que "después de firmar lloré, porque cuando estudiaba Historia en los Estados Unidos, y leía sobre los que habían firmado la Declaración de Independencia americana, no me podía imaginar que se trataba de gente real haciendo una cosa real; y allí estaba yo, firmando una declaración de independencia".